Sin La Habana: En busca de El Dorado canadiense

Realizada por Kevah Nabatian. “sin la Habana” es una película que trata de numerosos temas en relación con la inmigración. Este largometraje cubano-canadiense recibió el Precio de la Distribución en el “festival du Nouveau Cinema de Montreal” y al principio del año de 2021 fue presentado al 38e Miami Cinema Festival, visto en streaming.

LA HISTORIA

Leonardo, un joven y guapo bailarín de ballet cubano, capacitado, seguro de si, se siente frustrado por los techos de cristal que encuentra en Cuba.  Esta convencido de que sus orígenes afro-caribeños obstaculizan su carrera en el sistema cubano. En cuanto a su compañera Sara, ella también esta desesperada, aunque es abogada. Su único deseo es que se vayan a un país que pueda ofrecerles mejores condiciones. Logra convencer a su amigo que seduzca a una turista canadiense para que le invite después en Montreal, una ciudad donde puedan alcanzar su pleno desarrollo ya que la metrópoli de Quebec es famosa en el mundo entero por su escena artística y dinámica con los ballets cubanos.

Sara (Evelyn Castroda O’Farrill) & Leo (Yonah Acosta)

La victima de esta estratagema es una mujer iraní y de fe judía. Amable y muy abierta parece Nasim ser el blanco perfecto, pero detrás de su dulzura se esconde una determinación contra el sistema patriarcal. Aunque se casa con el bailarín, no es nada ingenua. Cada cual parece escoger su propio destino, ser responsable de sus propias decisiones. No hay ninguna victima.

Integrarse en la sociedad de Montreal no es nada evidente, pero si, decepcionante; sufre las consecuencias el ego del inmigrado. Hace falta rebajarse para hacer tareas profesionalmente ingratas, ahorrar dinero cuando uno es mal pagado y pedir dinero prestado para arreglar un matrimonio de interés para que pueda salir de Cuba Sara. Después de largos meses todo se va a complicar cuando llegue a Montreal la cubana. La cifra 3 no es una promesa de felicidad para una pareja. ….

INMIGRACIÓN

lantea muchas preguntas esta película en particular a propósito de la inmigración, que desilusiona a mucha gente.  Como si abandonar su país por otro pusiera fin a numerosas frustraciones que las mas veces dependen de la personalidad del candidato y no del medio ambiente en el que vive.  Además, no es automático el reconocimiento de los diplomas y se puede evaluar el talento de manera diferente. Yo he vivido en Canadá, por eso puedo decir que el sistema de convalidación y las ordenes profesionales muy proteccionistas obstaculizan el reconocimiento justo, lo que le obliga al inmigrante a que lo empiece todo de nuevo cuando llega. Si esta descorazonado el inmigrante, se vuelve a su país, sino se adapta y prescinde de su ego. He trabajado al afrancesamiento de algunos inmigrantes en el ministerio de Quebec, sigo en contacto con unos cursillistas. De esto saco la conclusión de que existía cierta equidad: los que son positivos, trabajadores y están agradecidos para con el país que los acoge, todos salen adelante después de 3 o 4 años. Los que critican al Quebec, su sistema, su cultura acaban por marcharse. En la película, vemos primero a Leonardo que trabaja ilegalmente para cobrar 5 dólares por hora en una fabrica donde se descuartiza carne, y luego a Sara, la abogada, camarera en la barra de un bar. Podemos preguntarnos si no fuera mejor que se hubieran quedado en la Habana.

Nasim (Aki Yaghoubi)

EL DESTIERRO

Cuando llega al Canadá el inmigrante le espera un enorme desafío: el clima polar… seis meses de invierno, de nieve, de lluvias heladas, de “slush” (barro de nieve grisáceo), de amontonamientos de vestidos, de botas, de boinas, de bufandas que son difíciles de aguantar psicológicamente y físicamente. Estamos lejos de las playas de arena blanca bordeadas de palmeras del Caribe o de las hermosas capitales europeas de clima templado. Parece que la gente a quien le gusta mas el Canadá, es la que huye de la inseguridad, del incivismo, la persecución, la discriminación, el comunismo, el autoritarismo, la teocracia, la corrupción o el elitismo, los favores o el esnobismo. Podría el Canadá volverse un ideal para los y las que están en busca de meritocracia, diversidad; entre la gente y la aceptación de la diferencia, el respeto y el Estado providencial.

Pues, en este país inmenso, no hace falta tener miedo al vacío. La poca densidad, el peso del invierno, las grandes llanuras monocolores, los horizontes desmedidos, pueden dar un sentimiento de soledad, de abandono, de extrañamiento. Incluso Montreal, la segunda metrópoli del Canadá, cuyos inviernos son los mas rigurosos, puede infundir esta sensación. Los flash-back utilizados en la película acentúan el contraste entre las imágenes tropicales y resplandecientes de Cuba y las largas avenidas frías y nevadas de Montreal.

EL COMUNOTARISMO

Parece normal que tal cambio incite a que la gente frecuente a la de su propia comunidad. Las relaciones cubanas de Leonardo le van a ser de gran utilidad tanto para encontrar trabajo como para arreglar un matrimonio de interés para su amiga. En cambio, su esposa prefiere huir del medio iraní demasiado conservador. El día que presento a Leonardo a su padre, éste tuvo palabras racistas chocantes, poniendo así de relieve la contradicción de ciertos inmigrantes. El padre de Nasim habrá huido de la persecución y del odio que padecen los judíos en la República islámica de Irán, pero cuando llega a una sociedad que lo acoge, rechaza los valores canadienses que promueven la diversidad, la igualdad entre la gente y la aceptación de la diferencia.

En cuanto a los cubanos, no son inocentes. Tenemos la impresión que no diferencian a los iraníes de los árabes y turcos. Por otra parte, en la mayor parte de los países de América latina, ¡llaman a numerosos habitantes descendientes de sirios o libaneses “los turcos”! Sin embargo, se sabe que se trata de tres culturas distintas.

CUBA

En “Sin la Habana” es muy discreta, oculta, casi nula la critica del sistema castrista. Quiere salir de Cuba Leonardo por motivos profesionales: obstaculizaría su carrera artística en Cuba el color de su piel. Se reduce a una percepción personal la critica. Es verdad que fue siempre dirigido el sistema castrista por los Blancos, pero la Revolución mejoro mucho la suerte de la mayoría negra, permitiéndole acceder a la educación y a la salud [1].

Acompaña SIN LA HABANA un ritmo musical afro cubano. Permiten distinguir el mundo de los hombres del mundo de los espíritus algunas vueltas atrás hacia escenas espirituales afro americanas con una luz un poco borrosa. Cree en las fuerzas del Shango Leonardo. A lo largo de su camino no se olvida nunca de los consejos y las consignas de su guía espiritual: una fuerza que le ayuda a enfrentarse con lo improvisto o desgracia y a mantener su determinación.

***

[1] He leído que al fin de la guerra hispano americana de 1898, ciertos hombres políticos americanos pensaron en anexar a Cuba como Puerto Rico, pero se constituyo una fuerte oposición que temía la unión o la asociación con una isla poblada de negros en su mayoría.

 

TRÁILER


Kevah Nabatian

Follow Us

Facebooktwitterlinkedinrssyoutubeinstagram

Pierre Scordia



Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *