El cambio empieza con la didáctica
Entrevista a Carlos Guirado
Pierre Scordia: Buenos días, podríamos empezar conociendo tu postura acerca de los deberes. ¿Qué crees de los deberes escolares tras la polémica que hay actualmente para eliminarlos o reducirlos?
Carlos Guirado: Buenos días, pues pienso que los deberes no tiene razón de ser, en la mayoría de los casos solo benefician al desarrollo de la desigualdad y el aislamiento del menor. Hay familias que en casa no pueden resolver las dudas de sus hijos e hijas, porque no han tenido la posibilidad de tener una buena formación académica. El hijo de un médico recibirá una ayuda de calidad de su padre normalmente, sin embargo, la hija de un panadero poco podrá hacer cuando llegue el momento de álgebra.
Entonces, ¿no tienen utilidad alguna?
CG: Permítame decirte que no, más allá del entretenimiento y ocupar el tiempo del menor, los deberes poco desarrollo cognitivo, comunicativo, en las normas o comportamientos efectúan. Tener a una niña o niño memorizando contenido que la editorial elegida impone, para después “vomitarlo” en un papel o recitarlo de modo oral, siento decir que poco desarrollo propicia al ser humano. Al no haber reflexión, no hay pensamiento. Se construye un ser poco crítico, reflexivo o pensante.
Por lo tanto, siendo así, poco desarrollo y pocas transformaciones sociales se van a producir…
CG: Evidentemente, un ser humano que no piensa, no transforma. Perpetúa los mismos sistemas, las mismas costumbres, los mismos estereotipos, etc. Yo actualmente reflexiono mucho sobre poca responsabilidad social en cuanto a la educación de equidad entre los hombres y las mujeres. Desde el nacimiento, desde ese mismo instante, el niño empieza a reproducir modelos sociales en los que se implica la fuerza, seguridad, valentía, lucha… y a la niña la ves con muñecas, carritos con bebes, etc. ya se les educan a ellas para que sean buenas esposas y madres, la sociedad les dice subliminarmente que eso es ser mujer: cuidar a su hijo e hija, ser madre, ser sensible, saber combinar ropa, saber cocinar, … se ha moderado el discurso, pero la desigualdad y el machismo está muy presente aun.
¿Y qué se puede hacer en este caso?
CG: Un trabajo fuerte y verdadero. Los niños y niñas en las escuelas son ajenos a los acontecimientos sociales, no tienen idea que el machismo es más sanguinario que el terrorismo. Una vez que un hombre asesina a una mujer, se le condena, pero el daño se ha hecho, no hay vuelta atrás por muy dura que sea la condena, se deben tomar medidas preventivas muy profundas y exhaustivas. Pero ese hombre que asesinó, fue adulto, fue adolescente, fue niño, fue bebé, y vivió en un mundo de valores no muy diferente al que nos hallamos actualmente, donde la mujer se cosifica y se considera una esclava de propiedad propia. Por ejemplo, el mensaje de las canciones de reggeaton son verdaderas balas machistas que van calando, y niños con diez años ya tararean estas porquerías, al no enseñarles a ser críticos, lo normalizan, lo asumen y construyen la imagen de la mujer como objeto como si fuese así, sin querer. Si vuelvo al contenido que las editoriales imponen en las escuelas, verás que no aparecen mujeres en la historia de la ciencia, del lenguaje, de las matemáticas, algo así como si no hubiera existido nunca una mujer científica, historiadora, descubridora, etc.; esto crea un imaginario en los estudiantes chicos, cuya creencia es, los hombres somos “los grandes de la humanidad, los mejores”.
Por lo tanto, ¿para erradicar eso habría que ampliar las horas de clase o introducir asignaturas de convivencia o valores?
CG: El problema está en el sistema, en el modo de hacerlo. Las asignaturas son como bolsas cargadas de contenidos, la mayoría de ellos inservibles, tanto gran parte del profesorado como las familias manifiestan una gran obsesión con que sus hijos e hijas han de aprender más matemáticas, más lengua, más no sé qué… y no se dan cuenta que lo alejan de la reflexión, de ser críticos, de ser autorresponsables en la vida. ¿Para qué sirve todo el cúmulo de contenido? ¡Para nada! Hoy con un “click” vasta, encuentras las fuentes originales en internet de todo, además te permite un contraste exacto de cada temática. El modelo tradicional de la escuela pertenece a la Ilustración, del siglo XVII, hablamos de 1600 – 1700, un modelo de ser humano y de pensamiento de más de 350 años, ¡un auténtico disparate! ¿Te imaginas operar hoy en día a un paciente con las estrategias y herramientas de hace 3 siglos? Pues eso es lo que se hace en educación. Aprender de memoria contenido de los libros, escribirlos en un papel, realizar ejercicios repetitivos durante años y años hasta llegar a la edad adulta, es sin duda, lamentable.
Entonces si ese contenido no sirve, ¿qué utilidad tiene los exámenes?
CG: Su finalidad explícita o no, es excluyente, segregadora, delimitadora, es una herramienta que juzga a quien es capaz de comer más conocimientos y vomitarlo mejor, y quién no es capaz. No ayuda al aprendizaje de un estudiante, en ningún caso. Hay muchos modos de aprender, por ejemplo, en el Proyecto Roma se lleva a cabo una de las estrategias que es el Proyecto de Investigación cuyo proceso está sustentado en teorías de autores reconocidos, y siguiendo un proceso lógico de pensamiento. El alumnado aprende con este método, que no es un proyecto típico al uso que depende de la intuición o buen hacer del docente, sino que sigue un proceso humanizado donde entre todos y todas, planifican, se ayudan, indagan en lo que les interesa, y finalmente realizan una asamblea donde de modo profundo y sentido reflexionan sobre el cumplimiento de sus compromisos, sus responsabilidades, qué errores se produjeron, cómo hacer para que no vuelvan a ocurrir, etc. Es un proceso único cada vez que se hace, y permite una exhaustiva reflexión que desarrolla la mentalidad y conciencia crítica y solidaria del alumnado con la elaboración de cada proyecto de investigación.
Y volviendo a algo anterior, ¿por qué razón hablas de “libro impuesto por la editorial”?
CG: Siento mucha rabia que la enseñanza se limite a un libro elaborado por un grupo reducido de personas, seis o siete. Además que el contenido es ínfimo, reducido y sintético. Te someten a aprender lo que la editorial con ideologías y filosofías concretas deseas que aprendas. Y no se puede obviar que se construyen cerebros, mentes, que un día se convertirán en adultos y cuya concepción de la realidad puede significar que sea una persona tolerante, respetuosa, pacífica o bien, sea un futuro tirano, que somete, asedia, abusa, o un simple ignorante. Por ejemplo, muchas personas crean un sentimiento de rechazo a todo lo que tiene que ver con el Islam, el mundo musulmán y árabe; en la Tierra existen alrededor de 1600 millones de musulmanes, y una población árabe de 500 millones de seres humanos; bien, gracias a los medios que asocian intencionadamente “un terrorista musulmán”, las personas vinculan que terrorista va unido a ser musulmán. ¿Por qué ocurre? Ignorancia, falta de reflexión, mente crítica, nos comemos lo que los medios nos dicen y no lo pensamos, del mismo modo que cuando éramos estudiantes creímos que Colón llegó a América pidiendo permiso para colonizarla. Tú seguro si preguntas a chicos y chicas de 15 o 16 años quién es María Zambrano, muy pocos sabrán que fue una filósofa malagueña de reconocido prestigio; pero sí conocerán el nombre de un cantante de reggeaton de Latinoamérica. La base cultural, es decadente.
Parecería que la educación servía para liberar la mente…
CG: (interrumpe) ¡Sí, y lo es, pero la educación! Que no es lo mismo que lo que hacen generalmente en las escuelas. En las instituciones educativas se adoctrina más que se educa; son muy pocas las que lo hacen y muy limitado el profesorado valiente que es capaz de instaurarlo en su aula. Permítame hacer una aclaración respecto a la pregunta anterior, sepan las familias que el uso de libro es opcional, la ley no obliga a tenerlos ni comprarlos; digamos que esa acción parte de otros intereses.En cuanto a lo que hablábamos del adoctrinamiento, el otro día en la página del Ayuntamiento de mi localidad publicaban fotos de estudiantes de primaria de distintos colegios que efectuaban unas procesiones de Semana Santa por las calles anexas al colegio. Al ver a niñas de 5 o 6 años vestidas de mantilla, me dio sentimiento de rabia y pena, ver a aquellas criaturas tan pequeñas reproduciendo modelos de adultos, cuyo significado desconocen, me parece subyugar la identidad de alguien a la propia sin ninguna razón de ser o por el egoísmo de hacerlo.
Entonces parece que esta “sobrecarga de conocimientos” no mejora nada el aprendizaje y educación para convertirse en seres humanos excepcionales.
CG: No, nada. En la escuela se ha de enseñar a vivir, a gestionar, a mover el engranaje, la base de la vida, no a comer el “refrito” que otros escriben. Mira, la lectura y la escritura son herramientas indispensables e imprescindibles para vivir, tan importantes como comer, beber, respirar y descansar. Una persona que no lee, se queda excluida de la cultura, transita la vida al margen; una persona que no sabe escribir, expresarse, se vuelve anacrónica, excluida de espacio social en el que está; se convierte en un títere sin conciencia crítica, en un reproductor de aquello que la sociedad le impone: en decisiones políticas, estilos de vida, modo de vestir, de relacionarse, expresiones habladas, tipo de músicas, relaciones sexuales, concepciones humanas, etc. Sin embargo, ¿cómo enseña la escuela a leer? Te impone que leas el libro que ellos decidan cada trimestre y además califican tu lectura. Bien, imagina que yo considero que comer pasta es necesario para tu desarrollo, y cada día te obligo a comer un plato de pasta, desde lunes a domingo, los 365 días del año; ¿amarás la pasta o la odiarás? Muy probablemente antes que yo haya acabado de imponértelo habrás creado un sentimiento de rechazo a la lectura, y cada día la odiarás más y más a medida que mi imposición se cumple. Por lo tanto cuando se llega a la adolescencia, el estudiante al escuchar la palabra “lectura” se le eriza el pelo, y con toda razón. El amor hacia algo, no se despierta con la imposición, debe cautivarse, hacerla necesaria en la clase, buscar otro modo por el que el alumnado entienda que es imprescindible leer. Que ellos propongan ideas, partiendo desde su interés, para así sientan amor a la lectura. Conozco madres que dicen “yo obligo a mi hijo a que lea todos los días, sino lo castigo”, yo les digo que no es forma, pero ellas continúan así, finalmente sus hijos detestarán leer más aun y para siempre. La lectura es un medio para llegar a algo, no un fin en sí mismo, leer por leer es una chorrada, la lectura debe ir en búsqueda de una pretensión, descifrar una historia, un mensaje, una indicación, una receta, unas instrucciones, … pero en sí misma, leer por obligación es un martirio.
Y por último, ¿es necesario que fluya la relación entre profesorado y alumnado?
CG: Sí, aunque no siempre es así. Algunos alumnos a los que doy clases de apoyo, les es un martirio la relación entre ellos y la tutora. Hay descalificaciones constante, castigos, partes hasta por respirar… Es muy duro que un niño de 11 años reciba amonestaciones por cada cosa que hace. Imagina el autoconcepto que se crea de sí mismo, y el resto de compañeros y personal del centro hacia él. ¡Una barbaridad! La educación es un ejercicio de igualdad, es horizontal, de respeto; si tú respeta, te respetan. Siempre digo que el alumnado solo refleja quien eres tú como docente. Cuando finalicé la carrera, estuve un periodo de práctica en un aula con las mayores dificultades que he visto nunca, cada niño y cada niña manifestaba un carácter fortísimo y con unas experiencias que de cada cual se podría haber narrado una Historia de Vida; bien, la maestra los respetaba por encima de todo, además del desarrollo de un modelo educativo distinto, el ambiente era perfecto durante los últimos meses, solo se respiraba bienestar, cariños, abrazos, armonía, el alumnado fue el más incívico que he conocido al inicio del curso, pero se transformaron en seres respetuosos y solidarios entre ellos y con la docente. Ella jamás puso un parte, jamás expulsó, nada, a pesar de haber agresiones físicas importantes a la maestra, entre el alumnado, etc. Pero siempre pensó que los castigos no solucionarían el problema, al contrario, lo reavivaría; expulsar a un niño a casa donde veía como su madre ejercía la prostitución, o ver cómo esta era maltratada por el novio, solo fomentaría esa conducta. Eso era ser buena profesional, y los niños y niñas lo percibieron, por eso la respetaban.
Muchas Gracias Carlos. Hasta otra.
CG: a ti siempre. ¡Hasta pronto!
FΩRMIdea Madrid, el 20 de abril de 2017.