Mecenas y anfitrionas de salones

Las duquesas de Osuna y de Alba

Autor: Claudio Sales Palmero

Las duquesas de Osuna y de Alba, inmortalizadas por Goya, son dos de los grandes exponentes de la ilustración en España. Anfitrionas de salones y mecenas de las artes, sacaron partido de la libertad que les daba su posición y su fortuna como herederas de sus respectivas casas nobiliarias.

LA DUQUESA DE OSUNA

María Josefa Pimentel y Téllez-Girón (Madrid 1752 - Madrid 1834) Condesa - Duquesa de Benavente y Duquesa consorte de Osuna.

María Josefa Pimentel, más conocida por su título de consorte, la duquesa de Osuna, pertenecía a lo más granado de la alta nobleza Española y desde esta posición privilegiadísima destacó en la sociedad madrileña como una de las promotoras de la ilustración en España. Sus salones eran lugar de encuentro de escritores, políticos, científicos y artistas con la nobleza y una plataforma para su lanzamiento en la corte. Según las descripciones de la epoca, era una mujer no muy hermosa, de aguda inteligencia y gran elegancia y compostura.

Fue la primera mujer en pertenecer a La Sociedad Económica de Amigos del País, instituciones creadas durante el reinado de Carlos III para la discusión, divulgación y puesta en práctica de las ideas reformistas y avances técnicos que estaban transformando la Europa del siglo XVIII. Desafortunadamente, hubo malestar sobre la plena pertenencia de una mujer en la Sociedad y se creó una asociación paralela de damas de la que fue presidenta.

Sus amplios contactos en el exterior le permitían mantenerse al día sobre lo que se estaba fraguando en el resto de Europa tanto a nivel literario y artístico como en el campo de la ciencia.

Ella y su marido son los primeros mecenas de Goya, le encargan retratos, carpetas de grabados y la decoración con lienzos de su nuevo palacio en las afueras de Madrid, que la duquesa llamaba “mi capricho”. Entre estos cuadros se encuentra la célebre escena de “El Aquelarre” . Su mecenazgo supuso el avance de Goya en la corte hasta ser el pintor de cámara.

Para la realización del palacio “Mi Capricho”, hoy conocido como “El Capricho de Osuna”, la duquesa compró unos terrenos en 1783 y desde entonces hasta su muerte en 1834 se dedicó a su embellecimiento como un proyecto personal. Hizo venir a paisajistas y arquitectos franceses con la condición de que solo trabajaran para ella y que al acabar su cometido volvieran a su país. En 1787 Jean Baptiste Mulot, que había trabajado en el Petit Trianon se encargó del primer diseño, tomando el relevo más tarde Pierre Provost. Los jardines, con sus estanques son un exponente del concepto de la época del campo como lugar idílico.  El palacio también contaba con una extensísima biblioteca, que incluía libros prohibidos, ya que el duque estaba exento de esas prohibiciones. El Capricho de Osuna, magníficamente conservado, es hoy en día uno de los lugares más hermosos de Madrid. 

LA DUQUESA DE ALBA

María Teresa de Silva Álvarez de Toledo (Sevilla 1762 - Madrid 1802) Duquesa de Alba de Tormes y Duquesa consorte de Medina Sidonia.

Su posición como duquesa propietaria de Alba, con una acumulación de 31 títulos nobiliarios con su respectivos señoríos hacen de Cayetana, nombre por el que se la conocía, una mujer inmensamente rica y poderosa, lo cual le daba una libertad poco común incluso entre las mujeres de la alta nobleza. Una libertad que alimentó en vida todo tipo de rumores, que hoy en día siguen siendo objeto de debate. 

A sus títulos en propiedad, hay que añadir los obtenidos por matrimonio con su primo, el duque de Medina Sidonia. Este matrimonio tenía como objetivo reunir los títulos asociados a los Alvarez de Toledo reforzando así su posición como la Casa más influyente de la nobleza española, aun así, en directa competición con la de Osuna.

Cayetana fue casada a los 13 años en 1775. De su marido se dice que le gustaba el recogimiento, era hombre religioso y amante de la música de cámara. Cayetana como contrapunto gustaba de la opera, escandalizaba a la sociedad de su época mezclándose con el pueblo, toreros, artistas... invitándoles a sus salones. Antes de su matrimonio ya había protagonizado escapadas por Madrid, sola o en compañía de su aya. Se le atribuye un carácter caprichoso, unas veces campechana y mundana y otras abanderada del esnobismo.

Mantuvo una relación difícil con la reina María Luisa de Parma, en un contexto donde las monarquías europeas seguían con estupefacción los acontecimientos prerrevolucionarios y más tarde revolucionarios en Francia, la nobleza veía con preocupación la debilidad de Carlos IV y se atribuía a la reina el encumbramiento del detestado valído Manuel Godoy. De esta fricción con la reina han transcendido varias anécdotas que son testimonio de lo que con su posición social Cayetana se podía permitir: en una ocasión la reina se había encargado un vestido a la última moda que entonces marcaba María Antonieta en Versalles. La duquesa se hizo con los patrones y mandó copiar el modelo vistiendo con él a sus criadas para humillar a la reina.

También mantuvo una relación competitiva y áspera con la duquesa de Osuna, la única en la corte que podía hacerle sombra, y parece ser que esta vez se trataba más bien de celos. La duquesa de Osuna poseía una inteligencia aguda y sus salones tenían un nivel más intelectual.

Pero sobre todo Cayetana ha pasado a la historia como mecenas, musa y... quizás amante del pintor Francisco de Goya. El pintor dejó constancia en una carta que la duquesa había ido a su estudio y le había pedido que la maquillara, asegurando que esto le había dado mayor placer que trabajar sobre un lienzo. En la misma carta alude al encargo del primer retrato de la duquesa de blanco.

Cuando la duquesa enviudó en 1796, pasó una larga temporada en su palacio de Sanlúcar de Barrameda, al que invitó a Goya y éste le hizo varios dibujos y el retrato la duquesa de negro. Esta estancia ha producido mucha literatura sobre la posible relación amorosa entre los dos. La versión de mayor consenso es que Goya sentía una fascinación por ella, y ella... se dejaba querer.

Cayetana murió joven, a los 40 años, de manera repentina y también esto acarreó especulaciones. Hasta veladas acusaciones de envenenamiento por parte de Godoy y de la reina. El estudio de su cuerpo tras una exhumación reciente refuta esa historia.

FΩRMIdea Valencia, el 15 de marzo 2018. Lire cet article en français

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