Aimée Du Buc de Rivery o el Misterio de la sultana criolla

Autor: Rinaldo Tomaselli

Aimée, o mejor dicho sultana-validé Nakşidil, nació el 4 de diciembre de 1776 o en julio-agosto de 1768 en Le Robert (Martinica) imperio francés, murió el 22 de agosto de 1817 en Constantinopla, Imperio otomano.

CASTILLO DUBUC, MARTINICA

Es más o menos tal como imaginamos un pequeño paraíso terrestre: Una mezcla de selvas tropicales secas, manglares, acantilados volcánicos a orillas de aguas turquesas y tranquilas, playas por donde corren los cangrejos de tierra y por encima de las que vuelan aves de colores improbables en busca de pitanza para su progenitura anidada en los mangles. Éste se encuentra en la extremidad de la península de La Caravela, al nordeste de Martinica. Es una reserva natural que abriga una fauna variada y diferentes plantas endémicas, un pedazo de tierra sin ninguna construcción. Sin embargo, al sur de la reserva, se encuentran las ruinas de una enorme vivienda encaramada en un acantilado que domina la bahía de los tesoros y que se llama “Castillo Dubuc”.

Los Dubuc (o Du Buc) eran una familia noble de colonos, originaria de Trouville-la-Haute, entre El Havre y Ruán en Normandía. Desde 1657 se habían instalado cerca de La Trinidad (Trinité) y en 1725, Luís Dubuc mandó construir “la habitación de la Caravela” que más tarde será el castillo Dubuc (1735) después de ser ampliada con piedras. En realidad, no era un castillo sino una gran vivienda que se componía de una casa de amo con dependencias separadas (cocina, cafetería, reserva de agua, fábrica de azúcar, molino, calera y almacenes) a las que se accedía por un pontón. En lugar apartado se situaba un pueblo donde vivieron hasta 380 esclavos que pertenecía a los Dubuc, incluso los habitantes.

En 1766 destruyó una gran parte de la propiedad un ciclón y los años siguientes los asaltos ingleses   incitaron a la familia Dubuc a refugiarse tierras adentro en 1794, entre La Trinidad y El Roberto (Le Robert), sin abandonar sus actividades ni a sus esclavos en la punta de la península. En el transcurso de los años, se desmejoró la plantación y la abandonaron para siempre en 1852. Vendieron las tierras y las ruinas en 1852.

También era descendiente de esta gran familia criolla Henry Jacob du Buc de Rivery, que sin embargo nació en El Roberto en 1748.   En 1773 se había casado con otra criolla, María Ana de Arbousset-Beaufond, que dio a luz a 4 hijas y a dos varones entre 1774 y 1782. Aimée Agustina María José nació el 4 de diciembre de 1776, un año después de la muerte prematura de la hija mayor María-Ana Rosa, en la plantación de Punta-La-Rosa. Poseía la pareja varias plantaciones o “habitaciones”, particularmente la que se extendía desde Punta-Real hasta Punta-La-Rosa e igualmente en la península de la Caravela. Cultivaba productos como el cacao, el café, la caña de azúcar y el ron que a los europeos les gustaban mucho.

Castillo Dubuc

Ruinas ©Pierre Scordia

Para educarla la mandaron a Francia

De niña la metieron en internado en Fort-Royal, (hoy Fort de France), con las monjas llamadas “Damas de La Providencia”, y a los once años, fue mandada a Francia para que acabara su   educación. Con su ama, su tía y su tío que era también su padrino, embarcó con destino a Burdeos. Tenían que seguir hasta Marsella donde Aimée debía de ir al colegio. Sin embargo Pierre d’Arbousset-Beaufond, el padriño, murió entre Burdeos y Marsella. Entonces La tía María decidió dar media vuelta y volver a Martinica abandonando a Aimée y a su ama en el monasterio de la Visitación Santa María en Nantes (Bretaña).

Con motivo de los disturbios que se produjeron en Francia en aquella época, sus padres decidieron mandar a Aimée de vuelta a Martinica. En compañía de su ama salió de Nantes en el mes de agosto de 1788 o al principio de 1789.

Argel la compró para que fuera esclava

Parece que naufragó el barco no lejos de las costas de la Coruña pero salvó a los pasajeros un buque español. Entre el estrecho de Gibraltar y las Baleares, atacaron al barco los piratas berberiscos que mataron a la tripulación antes de capturar a los pasajeros y llevarlos a los territorios otomanes de Argelia para hacer de ellos esclavos; Aimée Dubuc era una de ellos.

Llegado de cautivos cristianos a Argel

Ofrecida al sultán de Constantinopla

Solían los notables de las provincias otomanas guardar a las esclavas más hermosas para regalarlas al sultán y así gozar de su favor. Así fue como el bey de Argel, Mohamed Ben Osmane Khodja, ofreció al sultán Abdülhamid primero, sin duda en 1784, a una muchacha de origen francés. Al año siguiente, en el mes de julio, nació un varón llamado Mahmut que llegará a ser sultán desde el 28 de julio de 1808 hasta su muerte el primero de julio de 1839.

Durante su reino hizo muchas reformas, suprimió el cuerpo de los jenízaros y perdió numerosos territorios inmensos, entre los que Argelia de que sacó provecho Francia. Su madre, hecha “Valida”- reina madre- influyó mucho sobre el sultán a quien llamaban “Gavur Sultán”, es decir el sultán infiel, porque, según lo que se decía, su madre francesa había mandado venir al serrallo algunas monjas para darle una educación religiosa a Mahmut.

El esposo de la hermosa esclava francesa, llamada de nuevo Nakşidil (o Nakchidil) había tenido 16 hijos con 13 mujeres diferentes, y murió de un ataque cardíaco en 1789. después de que hubiera renunciado a su mando el sultán Selim III en 1807, subió al trono el hermanastro de Mahmut, Mustafá IV a los 28 años. No por mucho tiempo. Menos de un año después, Mahmut II lo destituyó y lo mandó ejecutar. Así fue como empezó en el dolor el reino del sultán infiel.

¿Es una leyenda lo de la sultana criolla?

El 22 de agosto de 1817, después de una larga enfermedad murió la sultana Nakşidil en el palacio de Beşiktas. Se dice que le hubiera dado los sacramentos un sacerdote católico y que la enterraron según la tradición musulmana en el camposanto de Fatih cerca de la mezquita del Conquistador. Desde entonces nació la increíble fábula de la sultana martiniquesa, primero entre los levantinos de Constantinopla, y luego iría a propagarse y ampliarse por toda Europa hasta las Antillas.

Se funda esta leyenda en acontecimientos reales y se cuenta que en 1788 o 89 al sur de Mallorca, secuestró a la hija de un plantador la berberisca. La presentaron al bey de Argel que la hubiera mandado a Constantinopla al sultán Abdülhamid que se hubiera casado con ella haciendo de ella la madrasta del joven Mahmut de 5 años de edad. Cuando subió al trono su hijastro, ella, entonces sultana-madre hubiera desempeñado un importante papel político entre el Imperio otomano y Francia.

Siempre según la leyenda, de niña en Martinica, con su prima lejana Josefina (María Josefa Rosa de la Pagerie), se fue Aimée al pueblo de los esclavos de la plantación. Se dice que hubieran consultado a una pitonisa que les hubiera predicho que las dos gobernarían un gran Imperio. Más tarde Josefina será emperatriz de Francia y Aimée sultana-Valida del Imperio otomano. Antes de la desaparición de Aimée en 1788-89 parece que se vieron de nuevo por última vez en Nantes donde eran pensionistas de las monjas de la Visitación Santa-María.

Ya en 1820 salieron en la prensa artículos a propósito de esta leyenda, pero el mito se amplió desmesuradamente sobre todo al fin del siglo XIX y al principio del siglo XX, luego en los aňos de 1930. Hace falta mencionar que había echado leña al fuego el sultán Abdulaziz que buscaba alianzas occidentales y que estaba visitando la Exposición Universal en Paris en 1867. Había ofrecido a Napoleón III un retrato de la sultana Nakşidil diciéndole que los dos estaban unidos por sus abuelas. Como no correspondían las fechas de nacimiento de Aimée Dubuc y del sultán Mahmut II, acabaron por inventar una historia de adopción. Pero en la leyenda no era lo único que no pegaba. En efecto no era Josefina una prima de Aimée, Y aunque en Martinica no vivían muy lejos la una de la otra, tenían una diferencia de edad de 13 años, pues es poco probable que se hubieran encontrado para ir a visitar las casas de los esclavos. En 1787 cuando era pensionista en Nantes, Aimée, hacía 8 años ya que Josefina era la esposa de Francisco de Beauharnais y madre de 2 hijos, Eugenio y Hortensia, de 7 y 4 años. No estudió en ningún otro sitio que con las monjas de Fort Royal de donde salió a la edad de 14 años María Josefa Rosa llamada Josefina de Beauharnais, nacida Tasher de la Pagerie.

Aimée Du Buc de Rivery

Una leyenda viva

Contribuyó a mantener viva la leyenda la novela de Miguel de Grecia, “la noche del serrallo” que salió en 1982. Sin embargo, aunque el cuadro es histórico, no se trata sino de una novela exactamente lo mismo que “La Gran Sultana” de Barbara Chase Riboid (1987) o “He asesinado a la sultana Valida” de Jaime Petitjean (1990) que destruye completamente el mito.

Desde hace dos siglos fueron publicadas otras obras sobre el tema, mientras que la familia Dubuc trataba de mantener “el misterio de la sultana francesa” visitando oficialmente y hace poco, el mausoleo de la sultana Nakşidil.

Cuando se trata de los orígenes de las sultanas, no son nunca muy claros los archivos otomanos. Sin embargo, mencionan que la sultana Nakşidil nació en julio o agosto de 1768 y murió de tuberculosis el 22 de agosto de 1817. Fue la octava esposa del sultán Abdülhamid Primero y validé (‘sultana-madre’) después de la accesión al trono del sultán Mahmut II, su hijo biológico.

Pues Basta con cuatro líneas y media para hacer caer inexorablemente un mito.

Artículo en francés




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