La enigmática fuente de Marcel Duchamp

Cuando oímos la palabra “renacimiento” pensamos en el nacimiento de Venus y en el David de Miguel Angel. El beso de Gustav Klimt simboliza sin ninguna duda la Belle Époque y Guernica de Picasso los años turbulentos del periodo entre las dos guerras mundiales. Ciertas obras artísticas marcaron tanto a sus contemporáneas que acabaron por hacerse el símbolo de una era o de un país o de una ciudad. Ciertas obras han cambiado la concepción cultural del arte y aquí, pensamos en particular en la Fuente de Marcel Duchamp, creada en 1917.

El año de su exposición, el escultor era director del Armory Show en Nueva York. Sin duda para burlarse de la sociedad privilegiada que frecuentaba, decidió presentar una escultura bajo el seudónimo de “R. MUTT”. No fue una sorpresa, este urinario de loza blanca, ya fabricado, que Duchamp había comprado y al que solo añadió la firma “R. MUTT”(1) fue despreciado por el publico y la critica . Sin embargo, cierta Bett Wood lo compro alegando que en América, no construyen nada sino tuberías y puentes. Con el tiempo, este objeto siguió provocando numerosas controversias en el mundo entero y algunos concluyen que significa el principio del arte moderno. Por otra parte, en 2004, quinientas personalidades del mundo del arte británico deciden que La Fuente de Marcel Duchamp es la obra mas influyente del siglo XX.

Con un urinario transformado en una obra de arte, no es extraño que el publico lo ponga en tela de juicio. En general, este ultimo une el arte con los esfuerzos y la reflexión, ahora bien, la obra de Duchamp no tendría sustancia, resultaría banal y disipado. Hasta acusan a Duchamp de haber desintelectualizado el arte. ¿En este caso, por qué toda esa publicidad mediática por una obra que no vale la pena? ¿Por qué le dan tanta importancia? Aunque se perdió la obra original, sigue en los anales gracias a la foto que saco Alfred Stieglitz. En 1964, bajo la dirección de Marcel Duchamp, se producen 20 duplicados entre los que uno en la Tate de Londres y otro en la Galería Scharz de Milano. Una de estas veinte reproducciones fue vendida en publica subasta en noviembre de 1999 por un importe de 1.677.000 €.

foto de Alfred Stieglitz | 1917

Algunos se escandalizan de que tal dineral sea destinado a una impostura, pero el arte es tan subjetivo que seria una locura decir que es falsa una obra apoyándose en gustos o preferencias personales. El misterio de la fuente de Duchamp estriba en los motivos e intenciones del artista. Así es como hay que juzgar la obra. El mismo Duchamp escribe que el que hace la imagen es el espectador.

La obra de Duchamp ya no es el trabajo de un artista, es también el de un antropólogo. La magnitud antropológica acaba por revolucionar el mundo de las bellas artes. Desde ahora la interpretación del espectador forma parte de la experiencia artística.  La fuente que estoy mirando es diferente de la que ve mi vecino. Duchamp sacraliza esta experiencia subjetiva del arte en la existencia humana. Después de La Fuente-Urinario, cualquier artista moderno deja de presentar una obra de pleno derecho.

El martillazo de Pierre Pinoncelli

En 1993, En “el carré” de arte de Nimes, el artista Pierre Pinoncelli se comprometió a arreglar la Fuente orinando en una de esas preciosas reproducciones y dándole un fuerte martillazo. En 2006, reincide estropeando otro duplicado de Fuente durante la exposición Dada en el Centro Pompidou. Pinoncelli justifica sus travesuras diciendo que orinar en la fuente venia a ser lo mismo que acabar la obra. Este razonamiento corresponde a las normas del dadaísmo: movimiento artístico del siglo XX que desprecia los ideales y hace resaltar lo absurdo general de la sociedad. A este propósito dice Pinoncelli: “el espíritu dada es la irreverencia: Era un guiño al dadaísmo. Quise rendir homenaje al espíritu de Dada.”

Desmitificó tanto el mundo del arte Duchamp que algunos no creen que hubiera deseado incitar a dar interpretaciones disparatadas. Mas bien piensan en la tesis del enigma que hay que descifrar. Su arte sería el vector de una experiencia sociológica. Por otra parte, Duchamp dijo que unos tenían que rechazarle y que otros tenían que rehabilitarle. Como conocemos las creencias esotéricas del artista, esta declaración acarreó exégesis radical; unos piensan que fijó un plan que consistiría en dividir a los Hombres en dos grupos; los contemporáneos y los que no lo son. Así, Hubiera querido excitar a los modernistas acudiendo a las futuras generaciones. “Tal vez necesitéis 50 o 100 años para alcanzar a vuestro verdadero publico, pero es el único que me interesa,” concluye el artista.

50 años después de su muerte, Duchamp sigue despertando la curiosidad y sigue siendo estudiado. Aunque se presentara como un mero artista plástico, su obra Fuente anuncia una revolución artística y otra mirada de la critica. Es innegable que un siglo después de la primera exposición del Urinario, la obra discutida de Duchamp forma parte de nuestro patrimonio cultural occidental.

1) Réplica – Tate, Londres – 

2) Marcel Duchamp

 

Todavía hoy día, ciertos artistas, con el mismo espíritu que Duchamp, se burlan del arte tal como Banksy y su cuadro con trampa “la chica en el balcón”, convertido desde entonces en “love is in the bin” (el amor esta en la basura). En efecto, esta obra creada en 2002 fue vendida en publica subasta en Sotheby’s en 2018 por un importe (una suma) de 791.250 £; Algunos segundos después de que el subastador hubiera cerrado la venta, el lienzo empezó a autodestruirse. Sin embargo, en vez de aniquilarse completamente, solo la mitad de la obra fue despedazada a causa de un fallo técnico que el artista no había anticipado.  A pesar de la trampa, la compradora mantuvo su compra (adquisición). La obra fue vendida de nuevo en octubre de 2021 por un importe de 16.000 £ ….

Nota del autor

(1) La Fuente entra en el movimiento artístico del Ready-made.  

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Peter Doré

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