Entrevista a Dominik Senaq
artista belga residente en Francia. | Instagram: @senaq2628
1. Usted ha dicho que los impresionistas influyeron en su trabajo. ¿En qué artistas piensa?
La verdad, fueron los impresionistas los que me abrieron las puertas al mundo de la pintura y el dibujo. Pienso sobre todo en Monet, por esa forma que tenía de ver la figura y el paisaje, como si los filtrara por un prisma lleno de color, casi llevándolos a la abstracción. Lo que más me fascina es cómo en sus Nymphéas hay una especie de desorden intencional, algo que además se mezcla con el hecho de que iba perdiendo la vista… y aun así seguía pintando, haciendo una serie tras otra. También me inspiran mucho los bodegones de Manet y los paisajes de Cézanne, que son referencias fundamentales para mí.
2. Algunos pintores dicen que ya no tiene sentido dibujar retratos o paisajes porque para eso está la fotografía. ¿Qué les respondería?
A mí, la verdad, no me atrae el hiperrealismo que se compara tanto con la fotografía. Aun así, entender el paisaje o la figura sigue siendo para mí una forma de explorar constantemente mi oficio. No, la fotografía no mató a la pintura —al contrario, la enriqueció, le abrió nuevas posibilidades. Se convirtió en una fuente inagotable de progreso, de libertad y de experimentación. Mire, por ejemplo, lo que hace David Hockney con ella.
3. ¿Por qué le fascina el arte aborigen australiano?
Porque está lleno de sentido. Me atrae mucho por sus vínculos con una historia de encuentros frustrados, de sufrimiento… y también por ese renacimiento tan impresionante que ha vivido. Es una forma de expresión vital para la supervivencia de esa cultura. Tiene una conexión simbólica muy fuerte con nuestro inconsciente colectivo —como diría Jung— y un poder casi hipnótico para conectar con lo íntimo y lo sagrado, pero sin dogmas. Transmite alegría, y a veces hasta una especie de encuentro pastoral. Solo hay que ver la fuerza creativa que se expresa en esos grandes lienzos tan dinámicos, hechos por hombres y mujeres comunes, todos los días.
4. ¿No le parece arrogante o paternalista usar la expresión “arte primitivo” para referirse al arte australiano?
¡Por supuesto! Llamar “primitivo” al arte australiano puede sonar totalmente inapropiado, sobre todo en esta época en la que somos más conscientes del lenguaje que usamos. Aun así, para mí la palabra “primitivo” no tiene una connotación despectiva. La entiendo más bien como algo esencial, una forma de expresión que ha permanecido fiel a su raíz, sin alterarse. Es un arte que viene de muy lejos, de tiempos ancestrales, y que sin embargo sigue evolucionando. No es un arte desconectado de su contexto o reducido a lo decorativo; al contrario, está vivo, en constante transformación.
5. ¿Diría que hay una marca espiritual en su arte?
Sí, definitivamente. El arte que uno va creando está siempre en gestación, mirando hacia el futuro. No es algo decorativo. Apelar a esa “voluntad de creación” es, en el fondo, una forma de expresar cómo nos relacionamos con la sociedad y con los demás. Es una invitación al diálogo: podrá aceptarse o rechazarse, pero difícilmente deja a alguien indiferente, porque nace del acto de compartir y contemplar una imagen. Así que sí, hay una dimensión espiritual en mi arte, sin duda.
6. ¿Qué es más fácil de pintar: lo abstracto o la desnudez?
Ambos temas parten de fundamentos similares: relaciones de fuerza, equilibrio, contraste, color… Pero llevarlos a la práctica es distinto. Cada uno plantea sus propios desafíos, y al final, es la personalidad del artista la que marca la diferencia. Sea abstracto o figurativo, siempre hay espacio para que la expresión personal se manifieste.
7. ¿Suele deshacer un lienzo si no le satisface?
Si no me convence, lo tapo. Me sirve como base para una nueva obra. He retomado varios lienzos de esa forma: capa tras capa de pintura, donde cada una alimenta a la siguiente. Es como si la obra anterior fecundara la nueva.
8. En todo el mundo se idealiza a Francia como el país de la cultura y el arte. ¿Cree que merece esa reputación?
Francia tiene, sin duda, un patrimonio intelectual, moral y estético muy rico. Sus museos históricos albergan colecciones impresionantes, que tiene la responsabilidad de proteger y hacer brillar. El peso de la historia se siente en muchas de sus estructuras culturales. Pero también hay mucho dinamismo: el arte contemporáneo institucional está muy vivo en las regiones, y han surgido muchas fundaciones nuevas. Aun así, cuesta mucho abrir espacio a la creación que se sale de los caminos establecidos. Lo que no encaja en lo convencional no siempre encuentra apoyo.
9. ¿Cree que los artistas vinculados al arte institucional corren el riesgo de ser olvidados en el futuro?
Sigamos adelante. Hay que enfrentar las dificultades, compartir con el público, enriquecer la obra… y sobre todo, trabajar con constancia. No hay que desanimarse. A lo largo de mi carrera he tenido encuentros maravillosos que son prueba de que ese esfuerzo vale la pena.
10. ¿Dónde se pueden ver sus obras?
Principalmente en Internet. Participo durante todo el año en numerosos salones en la región de Nueva Aquitania, especialmente en Arcachon.
11. ¿Por qué eligió Burdeos para vivir?
Me instalé muy joven en Burdeos, que siempre ha sido para mí un lugar privilegiado para la creación. Su cercanía al océano, los pinares, la calidad de vida, la luz, su gente… todo eso me atrajo. Además, allí tuve encuentros excepcionales con grandes artistas de la región. Desarrollé mi carrera en esta ciudad, estudié en la Escuela de Bellas Artes y asistí a las clases de la Sociedad Filomática de Burdeos.
- 🇫🇷 DOMINIK SENAQ, DE L’IMPRESSIONNISME À L’ART ABORIGÈNE
- 🇬🇧 Dominik Senaq: from Impressionism to Aboriginal Art
- 🇦🇷 Arte – Transitando espacios 🇪🇸